Aquel trágico 17 de agosto que nunca olvidaré

17 de agosto 2018

Hubiera preferido otro momento para volverme a poner el traje de periodista.

Ya han pasado tres años… pero en mi mente parece que todavía fuese ayer.  Aquel trágico 17 de agosto que nunca olvidaré. Eran las 17.00h. de la tarde cuando echado en el sofá de casa estaba leyendo un artículo sobre la «Generación Xennial» y recibí en el móvil una alerta del diario El País que decía: «Atropello en las Ramblas de Barcelona». A continuación, entré rápidamente en Twitter para ver si otros medios y perfiles estaban dando más información sobre aquella noticia. Y lo que me encontré es justamente eso. Otros medios españoles y perfiles de usuarios secundaban aquella primera alerta. Asimismo, ya se podían comenzar a visualizar las primeras imágenes subidas por viandantes que estaban por la zona en el momento de la masacre (algo que siempre se recomienda no hacer).

En ese mismo instante, sonó el teléfono y era Pablo H. Breijo, amigo, compañero de batallas y consultor de be shared en Madrid. En seguida me preguntó si estaba en Barcelona, y le respondí que acababa de llegar tras pasar unos días de desconexión en Monzón (Huesca). A continuación, me comentó que había facilitado mi contacto a la cadena internacional CNN para colaborar con ellos y transmitir todo lo que estaba ocurriendo desde corazón de la Ciudad Condal. Minutos después salía con la moto corriendo hacia el lugar de los hechos. Eran aproximadamente las 17.15 de la tarde cuando llegué a las inmediaciones de Plaza Catalunya, donde ya se había habilitado el cordón policial, pero todavía había gente corriendo por las calles con rostros de pánico y dolor. En aquel momento me di cuenta de la magnitud de aquel atentado que había azotado a nuestra ciudad y a nuestra gente.

A continuación, comencé a hacer entrevistas a los testigos de aquella masacre, y minutos más tarde realicé las primeras conexiones en directo con la cadena CNN, que duraron hasta más allá de las 00.30h. de la noche. Entre aquellas conexiones pasó algo que tampoco nunca olvidaré. Eran aproximadamente las 18.40h de la tarde y me encontraba entre la avenida Gran Vía y Paseo de Gracia, cuando un grupo masivo de personas comenzaron a correr y gritaban sin cesar «correr, correr, correr…» Al parecer había un aviso de bomba -al final todo fue una falsa alarma…-, pero todos corrimos con el miedo en el cuerpo, sin saber hacia qué dirección escapar y más cuando veíamos a los Mossos correr con sus metralletas sin conocer tampoco qué estaba ocurriendo. Fueron momentos de incertidumbre y pánico, que acabaron con algunas de las personas por los suelos al tropezar entre la muchedumbre. Fueron 6-7 minutos de horror, de miedo, de sentir latir el corazón a 180 pulsaciones por segundo, de sufrimiento.

Aquella noche volví a casa a eso de la 1.00h. de la madrugada, y justo cuando llegué y encendí la televisión daban la noticia de un nuevo atentado en Cambrils (Tarragona). El horror se había adueñado de las calles de esa bellísima población de la costa catalana. Hasta las 2.30 estuve siguiendo las actuaciones de los cuerpos de seguridad a través de Twitter, la radio y la televisión, y casi a las 03.00h tuve una conexión telefónica en directo con la cadena argentina América Tv para contar cuál estaba siendo el estado de ánimo en la ciudad de Barcelona tras el atentado, y cuáles eran las últimas noticias acerca de los terroristas que habían atentado en Barcelona y Cambrils. Sí, como dije en las redes sociales, hubiera preferido otro día y motivo para volver a ponerme el traje de «periodista-reportero».

Al día siguiente ya estaba en pie a las 7.00 de la mañana para desplazarme a la plaza Catalunya para encontrarme con el enviado especial de la cadena italiana RAI, Marco Clementi, y su equipo de producción: Ivo Bonato y Fabrizio, con quienes estuve trabajando hasta el lunes siguiente, ayudándoles en la producción de contenidos, y en las conexiones en directo. Fueron jornadas intensas de trabajo y de imágenes que quedarán en el recuerdo como la entrevista realizada en Ripoll (Barcelona) al chico que vivía con el imán de la ciudad, o el minuto de silencio por la paz en la Plaza Catalunya, al que acudieron el rey y todos los líderes políticos, además de miles de ciudadanos de Barcelona para gritar al cielo «No tenim por» (No tenemos miedo), o la Misa por la concordia y la paz celebrada en la Sagrada Familia.

Sin embargo, lo que más me sorprendió fueron los gestos de humanidad que se vivieron en Barcelona. Todo el mundo se volcó con la ciudad de Gaudí mostrando su afecto y apoyo a las familias de los fallecidos y los heridos de este atentado. A lo largo de los casi 600 metros que recorrió la furgoneta en la Rambla se depositaron flores, velas, dibujos y mensajes de solidaridad por las víctimas del atentado. Todavía hoy no es fácil asimilar la barbarie cometida por los terroristas en nuestra ciudad. Sin embargo, hay un mensaje que ha calado en la sociedad: Barcelona y sus gentes no tienen miedo y seguirán caminando por su Rambla y los demás lugares emblemáticos de la Ciudad Condal. Nadie nos va a privar de nuestra querida ciudad. Y nosotros siempre recordaremos la valentía y la entrega de los equipos de emergencias, cuerpos de seguridad, y ciudadanos que se acercaron hasta el lugar de los hechos en aquella horrible tarde del 17 de agosto del 2017.

Conexiones en directo con CNN

Equipo de RAI Tv Italia

Vídeo emotivo de Barcelona (colaboración el blog Isegretidimatilde.com

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