Igual que nadie dijo que sería fácil encontrar trabajo, tampoco ninguno me incitó a escribir una crítica constructiva hacia uno de los críticos publicitarios de más renombre en España, @ristomejide. Ese al que mucho temen cuando lo ven aparecer en pantalla con sus gafas de sol para esconder su rostro, y el mismo que cuando escribe un artículo todos lo aplauden sin descanso alguno. Momento en el que más de seis millones de personas en España andan como locos buscando un puesto de trabajo, llega una de esos que aparecen en la televisión para pronunciar un «No busques trabajo» Un titular molesto, en su línea, a contracorriente, pero con mucha intención y un gran impacto. ¡Nos deja a todos asombrados! Y comienza a justificarlo acordándonse de la clase política española. Uno ya empieza a estar harto de que siempre se ataque contra la política y la Iglesia cuando las cosas no van bien, cuando lo que en verdad nos tocaría es coger el «toro por los cuernos». Sin embargo, como todo publicitario sabe si consigues molestar a la Iglesia y a los políticos tienes mucho camino ganado.

Es muy fácil escribir el artículo siendo un publicitario con una cola de clientes llamando a la puerta de Aftershare.tv y con unos ingresos mensuales que dejarían boquiabierto a más de uno. Sí, el poder de la publicidad, el poder de la televisión… ¿Por qué no tituló el artículo «No busques trabajo, busca una vida de la que no quieras retirarte jamás» como aparece en el cuerpo del texto? Él siempre busca llamar la atención, diferenciarse de los demás, rozar la línea sin llegarla a cruzar, causar molestia en los demás… Sí, se dirige al público que le sigue, a ese que se encuentra al otro lado de la pantalla, a esos que cada año hacen que en España se programe una edición más de Gran Hermano, es decir, a la gran masa. A esa que no hace nada por cambiar las cosas, a la conformista, a la que no se asusta ya por nada, a la que todo le parece bien. Igual que Ortega y Gasset estudió a la masa, lo hace el auténtico publicitario, para conocer cada movimiento, gusto o sentimiento que provoca en este público una determinada acción.

Estoy de acuerdo con él en que hay que buscarse uno mismo las oportunidades, pero, en ocasiones, eso conlleva una inversión, que en muchos casos es inviable. Y si hacemos pruebas gratis (esto también es trabajo) como dice él, ¿qué conseguimos? Habituar al que tenemos delante a no pagarnos o a pagarnos muy poco por lo que produzcamos después. Y tampoco todos somos unos seres emprendedores para montar nuestro propio negocio, además que viendo el listado de requisitos que hay que cumplir para lanzarse, uno opta por tomar una alternativa más asequible.

Hay muchos jóvenes y no tan jóvenes que tras leer el artículo de Risto se quedarán con un «No hay nada que hacer, buscando trabajo tampoco lo conseguiré», cuando este artículo tiene que servir de empujón para que todos levantemos del sofá y comencemos a crear, a buscar, a participar, a innovar siendo conscientes de que nos ha tocado vivir una generación difícil y austera. Risto, ¿por qué no has titulado «No busques trabajo, busca una vida», que hubiese calado igual y hubiera hecho menos daño entre los jóvenes?, cuando creo que era eso lo que querías. Demostrar que tu implicación en el trabajo forma parte de tu vida. La Generation ME o Millennial está habituada a integrar en su vida el trabajo, y viceversa. Todo es uno. Y sabes por qué te lo digo, porque muchos de esos jóvenes se quedarán en el segundo o tercer parráfo, y un elevado porcentaje de ellos recordarán el titular «No busques trabajo» y se desilusionarán, apagarán sus luces esperanzadoras, cuando es esa masa la que tiene que levantar a un país, no sólo aquellos que han leído hasta el último párrafo y comprendido la idea que tú has querido transmitir.

Porque hay que hablar el lenguaje que utiliza el pueblo si quieres que el pueblo se levante…