En una época en que las empresas conocen de primera mano los gustos y preferencias de los consumidores, gracias al feedback que proporcionan las redes sociales, las compañías están insistiendo a sus agencia de publicidad en que quieren datos de neuromarketing. «Hay que entrar en el cerebro del consumidor, debemos extraer toda esa información que se genera en su interior, para poder manipular el comportamiento humano a la hora de tomar una decisión de compra». El sector del marketing quiere saber cómo el cerebro humano se encuentra implicado en los diferentes usos y consumos de las personas, y cómo afectan sus indicaciones al proceso de selección.

Nuestro cerebro relaciona la marca con imágenes e ideas subjetivas y predeterminadas. ¿cuántos inputs recibimos al día de publicidad? Creo que casi es mejor, no pensarlo. Estamos emborrachados de publicidad, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos todo son mensajes publicitarios. Los científicos han radiografiado nuestro cerebro para extraer todo tipo de información, y cada vez más. Buscan el porqué de nuestras decisiones de compra, y a posteriori esas informaciones las transmiten a las agencias de publicidad para desarrollar las nuevas campañas orientadas a esos mecanismos mentales.

Y en estos años, ya no sólo buscan el porqué de la decisión de compra, sino también cómo pueden eliminar otras marcas de la competencia de nuestro cerebro, y concentrar todo el grado de fidelidad en una. Aquella mediante la que tú cerebro envíe una orden de identificación con la marca. La Neurociencia, adaptada al marketing…allí donde todo se origina y todo se archiva!

Somos marionetas de las marcas, nos dejamos llevar de un lado para otro, y ellas manipulan nuestros movimientos. Nos colocan los productos más caros al alcance, nos deleitan con música acorde al estilo de ropa que vende la tienda (lo mismo en restaurantes u otros negocios de ocio), nos envuelven de mensajes promocionales, nos hacen ver cuánto nos podemos ahorrar si lo adquirimos ahora, como si todo se acabara y no hubieran más oportunidades. Somos meros deambulantes sin destino en una sociedad infectada por las estrategias comerciales.