Hace unos pocos días cambié mi descripción en el perfil de Twitter y agregué “En Internet desde el año 1999”. Casualidades de la vida o no, este fue el año del lanzamiento del Windows Live Messenger y yo  todavía andaba por Monzón estudiando en el Colegio de los Salesianos. Ya por aquel entonces, comenzaba a tener cierta curiosidad por la ola de Internet.

De hecho, todavía recuerdos mis primeras conversaciones en el chat de Terra, y posteriormente aquellas otras en el Messenger. Años más tarde me trasladé a Barcelona para iniciar mis estudios de Periodismo y Humanidades, y cuál fue mi sorpresa que allá por el 2002 todavía había gente de mi edad en la “gran ciudad” que no conocían el Messenger, en mi promoción sin ir más lejos. Algunos pocos que ya lo conocían de hace pocos meses bromeaban al comentar de forma irónica que un servidor había sido el impulsor de esta red social (porque para mí siempre será considerada red social).

Igual que hoy 12 años más tarde, lo primero que le pedimos a una persona cuando la conocemos es si tiene perfil en Facebook o cuenta en Twitter, por aquel entonces “no podíamos vivir sin Messenger” y todos teníamos una cuenta con hotmail para poder utilizarlo. Era alucinante poder hablar con tus amigos más lejanos a través de aquel medio y hasta incluso enviarles emoticonos.

¿Pero, hasta qué punto dependemos de estas redes sociales? ¿Fue el Messenger la que nos marcó el camino de este mundo cada vez más comunicado? ¿Es esto un aviso para otras redes sociales como Facebook o Twitter? Considero que el anuncio de Microsoft de cerrar esta red social deberá suscitar como mínimo en nosotros más de una cuestión. Hoy me despido con tristeza y melancolía ante esta fatídica noticia…