Yo no te ignoro, pero necesito tiempo para responder

10 de noviembre 2014

Que vaya por adelantado, que esto no es ningún post de autoayuda. Estas líneas son una reflexión personal a la agitada vida que vivimos. Un vida marcada por los medios sociales y las apps de mensajería instantánea. Sin tener ni tiempo para responder, ahora lo que cuenta es la rapidez, la agilidad. Y dónde queda la reflexión, la pausa, el silencio, la contemplación, el pensamiento, la calma. Paso a paso estamos desprendiéndonos de unos hábitos y adquiriendo unos vicios poco saludables para nuestro bienestar y confort.

La comunicación de la red, sin boca-oreja, sin contacto humano, sin gritos, ahora se lleva más eso de no mirar a la cara de la persona, si no más bien fijar nuestros ojos en la pantalla del móvil. Estamos viviendo un tiempo de «aceleración tecnológica» marcado por la avalancha de dispositivos inteligentes. Cada vez más dispositivos, y cada vez más inteligentes. Sin embargo, las personas cada vez menos personas, y más individuos cegados por estos nuevos instrumentos que nos limitan nuestra libertad. Nos hemos convertido en esclavos de estos smartphones, quienes gestionan nuestro tiempo diario.

Ya no se permite estar conectado (con estado visible) y no responder inmediatamente un mensaje que apenas has recibido. Esto está considerado como una falta de atención a la persona que te ha enviado el mensaje. Sin embargo, no es problema si estamos dialogando con otra persona cara a cara, y por un momento desconectamos para encender el «modo Whatsapp». Considero esto  una auténtica falta de respeto cuando se da en repetidas ocasiones, aunque otros lo llamen «multitasking». Es curioso ver cómo estos individuos se teletransportan a otro mundo, lejos de la realidad.

Esta semana pasada saltó la noticia a los medios del #doblecheckazul de Whatsapp que confirmaba que tu mensaje enviado había sido leído por el destinatario. Esto encendió un poco más las alarmas. «Entonces, quiere decir, que si yo le envío un mensaje y aparece el doble click azul, y no me contestan, es porque me están ignorando durante ese tiempo», este es el comentario de un amigo al enterarse de este nuevo aviso de Whatsapp. Sí, un poquito más de leña al fuego. Si ya uno no tenía ni tiempo para respirar, ahora ya nos ahogaremos de la presión antes que responder, y todo por ese maldito #doblecheckazul.

Todo esto es una gran estrategia de las marcas para que seamos consumidores proactivos. Para que no tengamos tiempo de pensar, para que cada vez estemos más robotizados. Quieren que tomemos las decisiones sin reflexionar antes en los pros y los contras. Aquí, lo que cuenta es vender, y cuanto más, mejor. Atrapar nuestros cerebros con opresión. Son años de vivir agitados por las comunicaciones, y todo viene causado gracias a esos aparatos inteligentes, que hacen de nosotros a seres virtualizados. Que quede claro que yo no ignoro a nadie, porque de todos se aprende, lo único que me tomo mi tiempo para dar una respuesta. Todavía soy de los que se paran a reflexionar por el camino de la red (también fuera de la misma), y escuchan a los otros para poder construir un razonamiento más sensato. ¿Os habéis dado cuenta que cada vez estáis más estresados? ¿Por qué será…?

Necesito tiempo… para pensar y existir.

 

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